Ante la imponente exhibición militar de China, Estados Unidos ha respondido desplegando su avanzado sistema de misiles Typhon en Japón. Este movimiento, en el marco de los ejercicios militares conjuntos Resolute Dragon, ha generado tensiones con China y Rusia, quienes lo consideran una amenaza a su seguridad regional. El despliegue del Typhon, con capacidad para lanzar misiles Tomahawk y SM-6, se produce en un contexto de creciente tensión en el Pacífico.
China conmemoró el 80º aniversario de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial con un gran desfile militar en la plaza de Tiananmen, presentando armamento nunca antes visto públicamente. Este despliegue incluyó drones, armas de energía dirigida, cazas de combate de nueva generación, aviones furtivos y una demostración de poderío marítimo, proyectando una imagen de autosuficiencia militar y capacidad para alterar el equilibrio de poder en el Pacífico.
La respuesta de Estados Unidos fue inmediata: el despliegue de su sistema de misiles Typhon en Japón durante los ejercicios militares Resolute Dragon, que se llevarán a cabo del 11 al 25 de septiembre, enfocados en la defensa de islas remotas del archipiélago japonés. Las Fuerzas de Autodefensa Terrestre de Japón y el Cuerpo de Marines de Estados Unidos probarán su capacidad de respuesta ante un ataque potencial.
El sistema Typhon, también conocido como Mid-Range Capability (MRC), es una plataforma de lanzamiento móvil capaz de disparar misiles Tomahawk, con un alcance de 1.500 a 2.400 kilómetros, y misiles SM-6, con un alcance de 240 kilómetros, enfocados en la defensa aérea y antibuque. Su despliegue, aunque temporalmente ligado a los ejercicios, ha sido interpretado por China como un acto hostil.
Un portavoz de las fuerzas japonesas confirmó el despliegue, mientras que Guo Xiaobing, director del Centro de Estudios sobre Control de Armas de China, expresó su preocupación, alegando que este movimiento aumenta la vigilancia sobre países vecinos y representa un peligro para la seguridad de Japón. Además, advierte que en caso de guerra con Estados Unidos, el sistema Typhon podría arrastrar a Japón a un conflicto.
Rusia también ha expresado su desaprobación, calificando la maniobra como un acto desestabilizador que representa una amenaza estratégica directa para el país. El despliegue del Typhon en Japón sigue a despliegues previos en Filipinas y Australia, donde se realizaron pruebas de disparo de misiles SM-6.
Cabe destacar que Japón ha aumentado significativamente su presupuesto militar en 2023, rompiendo con siete décadas de desmilitarización, una decisión que tampoco ha sido bien recibida por China.